martes, 21 de noviembre de 2017

Aniversario

El 21 de Noviembre de 2016 nació este blog. Hacia las seis y media de la tarde. Es un placer para mi sacar un ratito y escribir aquí (hablo como si fuera una persona ocupada): pasar por este mini-mundo, prepararme un Earl Grey, escribir algo, releer mis textos y ver lo que he avanzado a lo largo de este año que ya casi está pasado. Aunque a veces me siento en el mismo punto de partida. Pero no, no es así. Puede que a ratos siga perdida, desorientada en la oscuridad, pero han cambiado muchas cosas.

Por ejemplo, he aprendido a valorar más situaciones, eventos y circunstancias a las que anteriormente no hubiera dado importancia. Empiezo a reconocer en el mundo lo que me gusta y lo que no, a identificar aquello que me favorece o lo que me puede hacer crecer. Expandir mi mente. ¿Conocerme más a mi misma? Creo que se llama así. Sin embargo, en ocasiones me atormentan ciertos pensamientos. Mi mente remodela mis recuerdos y me los trae de nuevo, y no puedo evitar sentir nostalgia del pasado. Siempre he tenido problemas para dejar cosas atrás. Y me sigue pasando. Si el motivo para empezar a escribir aquí fue porque hubo un punto en el que necesitaba cambiar, romper con algo, dejar a mi pareja y realmente no sabía el por qué, el motivo para seguir escribiendo hoy es procesar todo ese cambio que yo misma originé.

A veces pienso que es mucho mejor acabar fatal con tu pareja; puede que ese odio facilite el tránsito. Aquello que ocurrió, aquello que dijo, vuelve a tu mente y te escuece por si acaso estás tentado a pensar que algún tiempo pasado fue mejor. Sin embargo, romper simplemente porque existe una diferencia de perspectivas en la vida, una divergencia en las afinidades... es algo tan sutil que a veces, con el tiempo, confunde. O al menos a mí.

Recuerdo mi vida entonces y siento que estaba segura. Compartía muchas cosas de mi vida con él, muchos detalles del día a día. Puede que, en el fondo, no fuera tan mala esa cotidianeidad... Pero faltaban más cosas. Debo recordármelo a mí misma... Tomé esa decisión por algo. Sin embargo, vuelve otra vez la rueda... Que lo podía haber hecho mejor; que ahora, sabiendo lo que sé, podrían mejorar mucho las cosas; que me siento fatal por haberle causado todo ese sufrimiento; que no pude comunicarle mis sentimientos de peor manera; que puede que todas las pegas que yo veía en la relación no fueran tan malas... En ocasiones, vuelvo otra vez a discurrir por esos caminos y lo que más duele es encontrarse con verdades que no me gusta reconocerme a mí misma. Pero ese es el problema: cuando una relación no acaba catastróficamente y pasa el tiempo, que solo se recuerda lo bueno, lo agradable... lo entrañable. Los recuerdos bonitos, las vivencias compartidas durante tantos años, los lugares que se visitaron, el sufrimiento que hubo y que se superó... Creo que, simplemente, soy una nostálgica.

Lo bueno que extraigo de todo esto es que debo aprender a caminar sola, que me hacía muchísima falta. Y ahí sigo. Intentaré, mientras tanto, ser una fría piedra objetiva cuando me asolen esos pensamientos, y sobre todo, hacer un verdadero intento de perdonarme a mí misma, y seguir caminando.

¡Nos vemos en el próximo té!


4 comentarios:

  1. ¡Feliz aniversario! Los blogs son realmente terapéuticos. A eso que dices se le llama apego, estoy convencida que si volvieras a un reintento con tu expareja, otra vez se establecerían los motivos por los que decidiste romper. Nuestros recuerdos son tan caprichosos que suelen distorsionar la realidad y seleccionar lo que más encaja con nuestros sentimientos, sobre todo, si nos atacan en un momento de soledad, y además ni siquiera son fieles a lo que paso realmente. Sigue adelante sin arrepentirte de nada, no tomaste una decisión probablemente de la noche a la mañana, la meditaste veinte mil veces cuando el sentimiento de vacío y de querer algo más se apoderaba de ti, así que aunque te pongas nostálgica hiciste lo que tenías que hacer. Salir de la zona de confort no es nada fácil, pero la vida sigue y nos enseña, y los momentos duros nos reconvierten y nos preparan para algo mucho mejor y cuando eso llega, el pasado tiene su importancia, su sentido pero ya no se añora.

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    1. Gracias! Efectivamente, los blogs son terapéuticos!
      Me cuesta mucho desapegarme de las cosas, de las personas, de las situaciones... siempre me ha pasado. Me quedo con eso que dices sobre la zona de confort, y sobre que una vez realizado un cierto aprendizaje, el pasado tiene su sentido pero ya no se añora.
      Un saludo!

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  2. ¡Felicidades por este año de blog y de crecimiento personal! Bufff, por lo que describes, no tiene que ser nada fácil una ruptura cuya causa es la diferencia en la forma de ver la vida. Entiendo cuando dices que a veces es mejor que pase algo gordo, como que te pongan los cuernos o que te traicionen de alguna manera, porque, si no, te quedas con la sensación de que no había razón suficiente para dejarlo. Te deseo todo el ánimo del mundo para superar esa nostalgia que ahora te invade. Un fuerte abrazo.

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    1. Muchas gracias por leer y comentar! Como siempre, es un placer leerte. Muchas gracias por tus palabras.
      Otro abrazo para ti!

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